NADAR A CONTRACORRIENTE

No se puede nadar a contracorriente cuando haces ayuno. Eso requiere un esfuerzo mental y emocional tan grande que termina siendo contraproducente.

Hoy he decidido, no sólo por mi bienestar sino también por el de mi familia, no seguir con el ayuno.

La mañana ha empezado estupendamente, de buen humor, muy descansada después de la noche, muy motivada... y se ha ido al traste nada más empezar el día. Estar ayunando con 4 niños que requieren de tu energía es demasiado...por lo menos para mi ha sido inaguantable.

Podría haber seguido perfectamente ayunando; físicamente me sentía muy fuerte, pero mi estado de humor habría sido insoportable para los niños. Me vuelvo muy fría cuando estoy ayunando. Mis opiniones, que intento camuflar y contener, salen a borbotones, casi sin filtro. Para los adultos pueden ser dolorosas...para los niños más aún.

No ha dado tiempo a que salga esa etapa desagradable en este ayuno...sólo un día...que desastre...

Depurar es también dejar salir las cosas malas que llevamos dentro, es LIMPIAR de verdad.
Nos suele pasar que no siempre estamos dispuestos a sacar lo negativo que vamos guardando con el paso del tiempo. Es muy complicado reconocerse uno mismo tan lleno de esos sentimientos (rabia, frustración, remordimientos...) A mi el ayuno me sirve para dejarlos salir, me "permito" enfadarme, sentir rabia, resultar desagradable, no ser diplomática, decir lo que siento.... Realmente me sirve de mucho.

Con este segundo intento doy por cerrado el ayuno de primavera. Ya lo dije en los previos: hay que adaptarse y admitir lo que la vida nos trae. Por eso es por lo que renuncio generosamente al ayuno, por mi y por los míos.