domingo, 27 de septiembre de 2015

OTOÑO DE 2015. DÍA 9

66.7 Kg
2 litros de agua
1 infusión de rooibos con especias

Hoy termina por fín un día duro. He estado muy vulnerable de voluntad casi todo el día, me ha costado realmente no terminar hoy el ayuno. Siento ansiedad por terminar y empezar a comer de nuevo.
Estoy segura de que gran parte de estas ganas vienen de querer tapar pensamientos con la comida. El hecho de comer nos calma la mente, tranquiliza los pensamientos... Falsamente creemos que comer nos ayuda a calmar el alma. Nada que ver. No vamos a solucionar nada comiendo algo.

Deberían educarnos para saber gestionar los pensamientos, las ansiedades, los miedos, los fracasos, las espectativas... Hay una frase muy buena que leí una vez que decía algo así como "Quien padece depresión vive un exceso de pasado, el que sufre ansiedad vivie un exceso de futuro, el que tiene estrés vive un exceso de presente" Estamos siempre al filo de esa delgada línea que separa el bienestar de la depresión, el estrés o la ansiedad y nadie nos educa para gestionar bien nuestras emociones.
Si un bebé llora, los adultos de alrededor le dan comida porque no entienden su lenguaje. Si un niño se porta bién, se le recompensa con alguna golosina. Vivimos en el idioma de la comida, sepas o no qué te ocurre (si estás triste, si tienes miedo, si estás enfadado, si estás feliz...) comemos para apaciguarlo o celebrarlo.

En el ayuno no hay manera de tapar las emociones. Están ahí...las dejas pasar o te las comes. No queda otra.

Mañana terminaré este ayuno cenando un zumo casero de manzana verde. Habrán sido 10 días de trabajo y autoconocimiento muy enriquecedores.

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